Así como aprendiste a gatear, a caminar, a montar en bicicleta y muchas cosas más, también es posible aprender a dormir mejor, lo cual, a corto, medio y largo plazo, será fundamental para mejorar tu calidad de vida y lo notarás, así como (muy posiblemente) también las personas a tu alrededor, pues al dormir mejor tu ánimo mejora, así como tu concentración y rendimiento.
Hay áreas fundamentales en las cuales trabajar para que puedas cambiar tu vida por medio del descanso y en ellas se incluyen aspectos tan importantes como tu alimentación, salud mental, actividad física y más. Hoy tocaremos algunos de ellos. Empecemos. La actividad física es clave para que concilies el sueño en la noche. No necesitas correr una maratón o volverte un adicto al gimnasio si no es de tu gusto, pero sí debes hacer que tu cuerpo libere endorfinas y descargue energía, por eso los expertos de la salud, en la mayoría de los casos, recomiendan que hagamos un mínimo de 30 o 60 minutos de ejercicio diarios. Eso sí, no programes rutinas muy cerca de tu hora de ir a la cama, pues tu cuerpo necesita tranquilidad en ese momento.
¿Cuánto ejercicio haces al día? ¿Cada cuánto lo haces? Plantéate estas preguntas y entrena a tu cuerpo para descansar.
Ahora, la alimentación también es un tema clave para que concilies el sueño, pues las comidas pesadas y/o en horarios inconvenientes te pueden hacer pasar malos momentos.
Además, el azúcar, la cafeína y el alcohol, entre otros, son ingredientes perfectos para alimentar tu insomnio. Controla el consumo de estos y tu nutrición en general, pues todo lo que comes afecta tu organismo.
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Otro punto que no podemos dejar pasar cuando nuestro objetivo es dormir mejor es la salud mental. Esta y el buen descanso están relacionadas en un sentido directamente proporcional. Cuanto descansas bien, tu cabeza está mejor y cuando tu cabeza está bien, descansas mejor. Es normal en personas que sufren de insomnio también notar rasgos y síntomas depresivos, de ansiedad, agresividad, irritabilidad y otros tantos. No es un delito ni es voluntario sufrir trastornos, pero sí está en manos de cada uno cuidar el descanso y la mente. Esto se puede lograr a través de varios métodos y la efectividad de cada uno puede variar de persona a persona, pero hay miles de testimonios que avalan la terapia psicológica como un detonante para la mejora del sueño, para otros tantos ha funcionado el mindfulness, la meditación, etc… Encuentra lo que mejor te funciona a ti e impulsa tu propio cambio.
Claramente las condiciones en las que te acuestas también alterarán tu noche. La iluminación, posición, temperatura y hasta el sonido influyen. Tu colchón y almohada juegan papeles protagónicos aquí, por eso debes asegurarte de tener en casa los productos correctos para cuidar tus sueños, tu postura y tu día a día.
Por ejemplo, si sueles dormir en compañía y el movimiento natural de tu pareja al dormir afecta te despierta en medio de la noche, el Anthology podría funcionar muy bien para ti, pues su sistema con resortes independientes minimizan ese efecto reflejo.
Y así, hay muchos otros factores que también influyen en tu sueño y sobre los que no siempre tendrás control, pero con los que sí podemos darte una mano.
Si tienes hijos pequeños, te recomendamos visitar cuentosdebuenasnoches.com. Si por tus horarios sueles descansar en horas muy diferentes a los de la mayoría, lee este artículo y para recibir mensualmente tips para dormir mejor directo en tu correo electrónico, hazte miembro de Momentos, el club del buen descanso de Spring.
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